Hoy he tenido un sueño, en el había un barrioalto con su propio Ayuntamiento, en el que el alcalde y los concejales no pertenecían a ningún partido político, eran elegidos por las habitantes del nuestro pueblo en asamblea, no eran políticos, eran ciudadanos, no cobraban por trabajar por los demás. Se cobraban los impuestos necesarios, y los más pobres no pagaban nada; los niños jugaban en un Paseo del Fresno limpio, sin autobuses aparcados por todas partes, el agua de la fuente era clara y transparente, la luz era igual de noche y de día. Nuestras fiestas eran respetadas, disfrutábamos de ellas con alegría, la alegría de un mes de mayo dedicado a la Madre de Dios. En nuestro pueblo había comercios, oficinas bancarias, consultorio medico…Se llevaban a cabo actos culturales durante el verano, y disfrutábamos de un carnaval donde no se ridiculizaba a nadie. Las calles estaban limpias, con farolas nuevas, y en el Llano había una fuente que no dejaba de verter agua, agua que saciaba la sed de los niños que allí jugaban. Luego me desperté, y volví a la cruda realidad, la de un barrio abandonado por “nuestro” Ayuntamiento, que poco a poco va perdiendo la esperanza.
